Porque ya no sé nada...

¡Aló! ¡Aló nada! No estás ahí, otra vez tu contestadora, no quieres hablarme, es obvio que no tienes ningún problema de señal, es obvio que no te quedaste sin batería… ¡Lo apagaste! Lo apagaste y quién sabe dónde te metiste… Todo para no escucharme. Para no escucharme a mí y para no escucharte a ti misma.
Porque eres tú la que tiene miedo. Eres tú la que no supo afrontar esto. Yo me cansé. Yo siento de verdad que ya no me queda más nada por hacer aquí. Y te estoy hablando, coño que ni siquiera te puedo hablar a ti sino a tu contestadora, pero te estoy hablando. Yo sí estoy hablando. Van tres semanas desde que te dio por escaparte, por huir. Tres semanas y yo me voy. Tres semanas y tú pensando. Tres semanas y se acabó vale, no hay más semanas.
Tú te has quejado siempre de mi falta de orden, de que soy disperso, de que nunca estoy pendiente de nada. Pero sabes que dentro de todo tu “orden” lo que siempre te ha molestado es que yo no sea amargado, que no me complique, que resuelva. Es más, anoche, mientras preparaba las últimas maletas y te seguía llamando a cuanto teléfono tienes, hice una lista, sí una lista, una lista de todo lo que necesitaba decirte. Al final hasta te hubiera gustado mi lista, claro que no estaba hecha en computadora, como haces tú hasta para la lista del supermercado, no. Estaba hecha a mano, pero bien, bien escrita, sin redundancias, que tanto te arrechan, y corta, sin repetideras ni ladillas. ¿Viste? Que era para dártela, para que la tuvieras y la enmarcaras, es más para que la escanearas y la pusieras de fondo de pantalla.
Tú, que tanto me criticas mi desorden, hubieras tenido un orgasmo viendo mi lista, todos los días. Porque eso sí te gusta a ti, tener las cosas como tú dices, como tú quieres y cuando tú decides. Y como no te dio la gana de hablar conmigo, de encarar la situación, entonces anoche te escribí lo que quiero decirte y que no me voy a dar el lujo de callarme. A mí no me da la gana! Tú no quisiste hablar, pues yo sí. Y aunque te resbale lo que te vaya a decir, que lo dudo porque si no te afectara no estarías como los guacucos escondida quien sabe dónde, te voy a leer mi lista.
¿Dónde coño puse la maldita lista? (respira profundo y se reincorpora) Ok, perfecto, ahora se acabó el tiempo del mensaje…

¡Aló! Otra vez. Otro mensaje. En fin, lo que necesitaba hablar contigo tú lo sabes, mucho lo supones y otro poco lo habrás averiguado tú misma, no sé!… Lo cierto es que la empresa va a cerrar aquí, es definitivo que van a mudar todo mercadeo y todo administración a México y así como te dije hace tres semanas, me toca irme de primero, para preparar todo lo de la fusión. Los mexicanos y sus funciones, los venezolanos y sus funciones. Me toca arreglar todo lo de los contratos de los distribuidores aquí y todo este mierdero en menos de tres meses, porque no quieren botar a nadie, no quieren peos y eso significa que no sólo me tengo que ir ya, sino que tengo mucha presión encima para que esta vaina resulte. No ha sido antojo mío. No ha sido algo evitable. Ni siquiera algo previsible. Yo no tengo la culpa… Tú sabes mejor que nadie que yo no tengo la culpa… Tú sabes también que esto no es lo que debía estar pasando entre nosotros. Una contestadora y unos mensajes… unos mensajes que ni siquiera sé si vas a escuchar o si pisarás el 2 ó 3 o lo que sea que se pise en tu teléfono para borrarlos sin siquiera oirlos. Así no se supone que se debe portar la gente adulta. Mariana: Así no se vive un compromiso. Así no se hacen las cosas en serio. Coño amor que así no se actúa con la gente que uno ama…
Yo no merecía este trato y tú no tenías ninguna razón para actuar así. Nunca me alejé, nunca huí de mi responsabilidad y nunca tan siquiera consideré separarme de ti. Te he necesitado muchísimo estos días y te he buscado. Y tú sólo te agarras de tus miedos y tus traumas y lo botas todo a la basura. Yo no te estaba abandonando. Yo no te había dejado de querer…
Otra vez se acabó el mensaje… Coño!

Mariana. Mariana vale. Que yo te he comprendido siempre. Que sabes que no soy de los que se quejan, que siempre he estado para ti. Coño Bella que he estado para ti con todo y a pesar de todo. Incluso de ti misma. Que el alcoholismo me supo a mierda y estuve para ti. Que tus peos con tu familia un coño y estuve para ti. Que te venía la regla y se te acababa el mundo y yo estaba para ti. Que no lloraba por nadie y lloraba contigo. Que te amaba, que te lo demostré y que te amo y que te estoy hablando por eso. Pero hay momentos en que toca crecer, en que toca ser responsable de la vida de uno mismo. Mariana, que te lleve la corriente no es vivir. Se vive cuando se decide cómo vivir. Verga, te encanta controlarlo todo, perdón controlar A todos. Pero ¿y tú? Mariana, en lugar de evadir te tocaba resolver y no lo quisiste hacer ¿y yo ya qué? ¿Qué hago ahora? Me muevo Amor y te quedas porque quieres. Es más te quedas por cagada. No porque quieras, porque la del tema de irse de aquí siempre has sido tú. La inseguridad, el gobierno malandro, tus amigas que ya todas se fueron… y nada, cuando se nos batuqueó el piso, te escondiste, el tremendo ataque de canillas y te escondiste…
Desde que te conocí he sentido muy claramente que donde tú estés estaría yo y que a donde yo vaya tú irías conmigo, pero no jugando a esconderse, no jugando… yo no juego contigo. Me voy y no sé qué hacer ni qué decirte. Me duele que esto acabe así. Me duele que acabe y más me duele que acabe así. Es una locura y quisiera que no estuviese pasando, pero ¿qué hago?... me voy y esperaré a ver si despiertas o si afrontas lo que te pasa, porque ya no sé qué pensar, porque ya no sé si todo ha sido mentira y no me amas, porque ya no sé nada. Yo Te Amo! Adiós Bella.

2 Response to "Porque ya no sé nada..."

Anónimo dijo...

Entro por primera vez y realmente eres cuentero y quemao...pero esta bueno

Carla Alvarenga dijo...

me gusta el blog, me gusta este post... siempre hay alguien que tiene miedo y que por miedo echa a perder un futuro de dos...

no se si son cuentos, de ser así estás en una eterna clase de narrativa jeje... me parecen historias que tercerizan protagonistas o que cautivan al bloggero, pero al fin y al cabo: vida...

PD: me gustó más la temporada de poemas que de tragedias, cuestión de vibras...

keep writing!

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