Temor y Realidad (Daniela I)


Finalmente rompió su comunicación de monosílabos y muecas una vez que comenzaron a comer, sin embargo no lo hizo para responder ninguna de las preguntas que él le hacía, sino que inició un relato entre evasivo y disperso sobre su visión de la vida, de la suya por supuesto, porque en toda aquella incontinencia de prosa lo que quedaba bien claro es que sólo pensaba en ella misma:

- La verdad es que no sé qué voy a hacer conmigo, me siento confundida, quisiera sentirme tranquila pero ahora no puedo, hay demasiada presión y no me gusta estar así, yo no puedo con agustias ni peleas… lo que pasó con Carlos ha sido la gota que derramó el vaso…

Él quiso interrumpirle para saber qué había pasado con Carlos y más que nada saber quién era ese Carlos, pero ella no le permitió hablar y siguió contándole.

- …Además creo que también terminé abusando de todos y por eso me ven como lo hacen… Lo del trabajo nuevo ha sido un desastre, yo sé que debí cambiarme mucho antes porque ya el día a día dentro de la misma rutina, cómoda pero asfixiante, me estaba desesperando y ya no lograba disfrutar ni los breaks con mis amigas en el café del banco. Pero es que ahora me siento tan fuera de lugar, tan en el aire… yo creo que aunque sea el mismo ramo, esto de visitar empresas no es lo mío, yo sé que me quejaba de estar siempre sentada en las mismas cuatro paredes de la oficina, pero es que es demasiado diferente todo… Casi no tengo relación con nadie, si acaso con mi jefe, al que veo con su cara de perro regañado y hambriento, exigiéndome cada mañana la planificación de la ruta y pidiéndome los reportes cada tarde sobre las visitas del día… de resto, no hay nadie que se digne siquiera a responder el saludo, al contrario, cuando me ven ya ni disimulan su envidia, es como si me odiaran, como si yo fuese a quitarles el puesto o a robarles los maridos a todas… creo que eso es lo que más resiento de haberme ido del banco, aunque allá también ahora me tienen una mala vibra, no sé si porque casi no hice preaviso, pero las veces que he hablado con Martha y con Braulio, han sido iguales, distantes y reprochadores… el viernes pasado ni me respondieron el teléfono…

- ¿No será que los agarraste ocupados? ¿Puede que sea una cuestión de oportunidad, del momento que no fue el apropiado?

- Claro que no, yo sé que están molestos conmigo, aunque no me lo digan y se esfuercen tanto en disimularlo… lo que no entiendo es el por qué de su rabia, al final yo no les hice nada malo, al menos no a ellos, si acaso mi exjefa o las chicas de Recursos Humanos, a las que puse a sufrir con lo de mi renuncia tan violenta, pero igual esas son cosas normales en las empresas, incómodas pero normales…

- ¿Entonces lo que te tiene así es el cambio de trabajo?

- ¿Así cómo? ¿Qué te pasa? No te entiendo…

- Así “confundida”, como preocupada… al menos eso me decías ayer por teléfono cuando me dijiste para vernos…

- No lo sé…

- Pero eso es lo que te ha tenido más estresada, ¿Cierto? ¿O es lo del Carlos ese?

- Supongo… Ya vuelvo, no tengo más hambre y debo ir un momento al baño…

Daniela había dejado su risotto de espárragos por la mitad, estaba claramente afectada y Rogelio no lograba entenderla del todo, le preocupaba que estuviera tan extraña y que le encontrara tantos “peros” a su nuevo trabajo, ella que siempre había sido tan resuelta y despreocupada, la más alegre y dispuesta que conociera, pero algo le pasaba porque ni siquiera le sostenía la mirada al hablarle… Volvió luego de casi diez minutos y no quiso seguir comiendo, a él también se le había quitado el hambre…

- ¿Entonces, quién es Carlos?

- ¡Era! Prefiero no saber más de él…

Aquello le había caído como una piedra en el estómago y le terminó de espantar el hambre, necesitaba saber de ese tipo, dónde lo había conocido, por qué se refería a él así, sabía que él menos que nadie podría reprocharle nada pero igual le hacía un ruido tremendo aquel hombre misterioso, quizás por la forma en que pronunciaba su nombre, no se trataba de celos, era más fuerte que eso, estaba preocupado por ella y también molesto por saberla tan distante, pues no sólo había un Carlos sino que para colmo “derramó el vaso” y decía sin tapujo alguno que prefería “no saber más de él”. Aunque quería no podía seguirle preguntando por él. Ella no habló más y se quedó absorta en su celular, revisando las actualizaciones del facebook y sin mostrar ningún interés por seguir hablándole. Ya no se percibía angustiada, de hecho no se percibía nada de ella, al menos para él volvía a ser un enigma.

- ¿No quieres hablar más? Yo creo que sería bueno que si no es conmigo, al menos conversaras con alguien más… Si no quieres contarle tus cosas a alguien conocido, podrías considerar ir a un especialista, un psicólogo, a mí me ha ido muy bien con Gioconda, tú sabes, por lo del manejo de la ira y mi tendencia a callarme todo…

- Quizás me sirva eso.

- Si quieres te doy el número de su secretaria, igual puedes verte con ella o con otro de su clínica…

- No, gracias, yo lo busco en google.

- Ok, sólo te decía por hacerte un favor, no pretendo meterme en tu vida…

- La vida… ¿Para qué es que tenemos “la vida”?

- Para vivirla… para disfrutarla, yo qué sé! Está bien que te encuentres desanimada ahorita, pero tampoco es para cuestionarte estar viva…

- Yo no cuestiono nada, no puedo… estoy muy confundida y tengo miedo de que Carlos se quiera vengar de mí.

- ¿Vengar?

- Sí, yo sé que he abusado de todos, principalmente de él, pero no ha sido con intención… Él fue quien comenzó esto, me escribía, sin saber si yo estaba sola o no, me dedicaba canciones y cuando nos veíamos siempre me agredía…

Rogelio quiso indagar más, estaba desconcertado pero no quería interrumpirla a ver si dentro de su desinterés por él, le terminaba contando lo que sentía por ese tal Carlos y qué había pasado entre ellos…

- …Me humillaba y cada vez ha sido peor. Se presentaba con su esposa y sonreía y la besaba frente a todos, luego de decirme tantas cosas y prometerme amor y lealtad, siempre se aparecía con su esposa para hacerme sentir mal… Me dedicaba canciones casi a diario, me decía las cosas más románticas y maravillosas del mundo y todo para qué, para que al verme me ignorara y me tratara como una segundona, como si yo no mereciera su amor…

- ¿Te dedicaba canciones? ¿Te llamaba? ¿Dónde lo veías?

- Carlos trabaja en el Banco, allí siempre me veía pero no se atrevía a hablarme, supongo que por trabajar en la misma empresa, porque me consta que no le importaba que yo tuviera o no una relación, como sea que esté yo, pero él no lo sabe y debió pensar como todo el mundo que yo soy muy feliz y estable en esto de relación de pareja… Lo cierto es que nunca me hablaba, porque no podía, por eso es que me mandaba canciones por el facebook y todas eran románticas o subidas de tono, porque también le encantan los videos de reggaetón y aprovechaba para decirme lo que le provocaba hacer conmigo y esas cosas…

- ¿Te escribía mensajes privados por facebook?

- No, por supuesto que no lo hacía directamente, creo que por su esposa, seguramente ella entra en su cuenta y para evitarse problemas publicaba directamente en su muro, para que pareciera que se trataba de un video que quería compartir, pero él y yo sabíamos que se trataba de un mensaje para mí, que esa era nuestra forma de comunicarnos…

- ¿Cómo es eso? ¿Él te decía que estuvieras pendiente de lo que publicaba porque la cosa era contigo? ¡Qué tonto!

- No hacía falta, yo lo sabía. Si no era así, entonces ¿Por qué se hacía el loco cada vez que me veía y por qué nunca me hablaba ni cuando estábamos solos en el ascensor o en el Café del Banco? Él siempre quiso algo conmigo y allí lo demostró, cuando comenzó a enviarme mensajes en clave con los videos que publicaba…

- No entiendo… ¿Tienes o no una relación con ese Carlos?

- Eso quisiera él, pero como yo me cansé de su jueguito y sus humillaciones le di a probar de su propia medicina y desde hace una semana he publicado como treinta canciones todas insultándolo y diciéndole lo poco hombre que es… por eso es que está tan molesto conmigo, al punto de dejar de enviarme mensajes y hasta decirle a sus amigos que se iba de viaje, claro para disimular su ausencia en facebook, pero lo que está es asustado porque yo vaya a contarle algo de lo nuestro a su esposa, sabe que yo no me calo más su agresión y sus amenazas y tiene miedo…

- ¿Entonces, él trabajaba contigo en el Banco y no en la Aseguradora?

- Claro, ¿Estás queriendo confundirme? Ya te dije que trabaja en el Banco y que en la Aseguradora no lo conocen, aunque estoy segura de que ya llegaron con el chisme, por eso es que todas me ven con ese odio y sé que hablan mal de mí mientras yo estoy en la calle visitando clientes, por eso no quise ir hoy a trabajar, estoy cansada y no tengo ánimos para soportar tantas agresiones... También sé que mi jefe quiere botarme, él quiere que yo me equivoque en algo para despedirme, no me dice nada pero yo lo sé y eso me tiene cansada... Yo no les he hecho nada, además ninguno de ellos no está en mi facebook, no entiendo por qué se sienten aludidos todos por las canciones de reproches e insultos que publiqué, no era con ellos... Pero sé que abusé, que me pasé de la raya, por eso me escriben todas esas cosas y me amenazan, así de la forma más disimulada, tipo pasivo-agresivos, pero sé que quieren hacerme daño y yo no soporto más eso… dije que me dolía la cabeza y hoy no fui a trabajar…

- Qué raro todo…

- Raro nada, tú no te hagas el tonto que sé que también estás bravo conmigo… ¿Por qué estás bravo conmigo?

- Para nada, si yo lo único que quiero es lo mejor para ti, eres lo más grande de mi vida y me preocupa verte tan perturbada… ¿Cómo voy a estar molesto contigo?

- Yo sé que sí, si fuera por ti estaría muerta.

- ¿Qué es eso?

- Ya no quiero hablar más, además yo ya te pagué todo lo que te debía por el carro y no tengo que soportar tus presiones y menos tus amenazas…

- ¿Amenazas? ¿Carro? ¿Cuál carro? ¿Tú te sientes bien?

- Tranquilo Roberto que no hace falta que disimules más… yo entiendo todo y no me voy a dejar de ti ni de nadie…

- ¡Pero hija! ¿Tú me estás hablando en serio? ¿Cómo que Roberto? Yo soy Rogelio, tu papá…

Daniela se le quedó mirándolo, dudando, Rogelio la buscaba con los ojos y no encontraba respuesta en los suyos, finalmente ella habló:

- ¿Papá? ¿Qué haces aquí? Yo me tengo que ir…

Dicho esto, se levantó bruscamente y se fue del local, muy confundida y asustada, casi corriendo. Rogelio apenas alcanzó a sacar tres billetes de cien de su cartera y salió detrás de ella, pero fue en vano, había mucha gente en el centro comercial y por más que trató de ubicarla, no pudo y allí comenzó sufrir su nueva realidad, porque no la volvió a ver ni a saber de ella desde aquella tarde.

4 Response to "Temor y Realidad (Daniela I)"

Astrid Rebeca Duran Dugarte dijo...

Muchas de las cosas aqui escritas son parecidas a mis vivencias actuales! Menos el final jeje creo q esta un poco freak la pequeña!! jeje!!
Pero esta es mucho más común de lo q crees sabes? Mucho Más!...
Besisimos para tí! Como siempre encantanda con tus historias!
Mil besos!
Astrid Durán! @AstridRebk

Rodney Gardie dijo...

Bastante común, no en vano está inspirada en hechos reales...

Gracias por leerme Muñecota!

Besos pa ti también

Elías C.P. dijo...

Pues te diré que supe de Daniela hace un par de meses... que se iba a presentar en un papel principal finalmente con una academia de ballet... jajajajajaja

Como dice Astrid, esto parece sacado de la vida misma

Que sigan los cuentos, cuentero... y a ver cuando publicamos la antología: Rodney Gardié - Cuentos Completos... $$$$$

Abrazos

Anónimo dijo...

Excelente narrativa mi estimado cuentero,saludos GM

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